Me inicie como maestra, en el año 1992 por una invitación de una Escuela de Bachilleres para impartir asignaturas del área económico administrativo como contabilidad, administración, derecho y economía, yo había egresado en 1988 de la universidad y en 1990 ya contaba con mi propio despacho, ya que me había iniciado en la profesión contable desde que egrese de la preparatoria, además vivo en una comunidad pequeña, donde no había contadores, por lo que no tuve ningún problema para ingresar.
Empecé a dar clases, tal vez por repetición de mis maestros y por las constantes asesorías que impartía a mis compañeros de clases en la universidad, a los alumnos del Tecnológico en el área de costos y a los de la facultad de derecho en el área fiscal.
Me pareció atractiva la idea me distraería un poco de mis arduas tareas de la oficina y por otro lado en un lugar pequeño no había muchas actividades por desarrollar, por lo que creí que podía desempeñarme bien, ya que esto era más formal había un programa que seguir, horarios preestablecidos y además me daban una gratificación.
Pienso que no debió ser así, ya que carecía de todo conocimiento pedagógico para impartir clases, ¿cuando me di cuenta de esto? cuando ingrese por primera vez en agosto de 1997 al CECyTEV y nos contrataron a varios maestros por perfil, pero conscientes de que carecíamos de formación nos impartieron un primer diplomado de Sensibilización Pedagógica y gracias a esos maravillosos profesores de CAM (Centro de Actualización al Magisterio) de Xalapa yo tome conciencia de la tarea educativa y de la responsabilidad que había adquirido al laborar para el magisterio, y fue en esa época cuando descubrí mi vocación docente.
Me siento comprometida con mi tarea educativa, estoy dispuesta a superarme constantemente, al dialogo, a cambiar mis viejos paradigmas bajo los cuales fui educada, a estar a la vanguardia con la tecnología a pesar de que en ocasiones me cuesta trabajo por falta de tiempo.
Ser docente de la educación media superior es una de las mejores cosas que me han sucedido en mi vida, me gusta, lo disfruto, me siento feliz de ver los logros de mis ex alumnos, me supero constantemente, busco siempre mejorar mis estrategias de aprendizaje en mis alumnos, y convertir mis debilidades en fortalezas, comparto con mis compañeros experiencias y a pesar de esto nunca termino de aprender.
Yo siempre pensé que ser Contadora era lo que más disfrutaba hacer, pero después de varios años de combinar ambas cosas me siento realizada, hago lo que me gusta, soy responsable, definitivamente en muchas ocasiones ganó más como contadora, pero dar clases me motiva, y creo que con ambas logro el equilibrio perfecto en mi vida.
Tengo motivos de satisfacción dentro de la docencia por medio de mis alumnos, sus muestra de cariño, sus logros, verlos realizarse, mantengo contacto con mis ex alumnos, los sigo escuchando, asesorando cuando me lo piden, me visitan, los recomiendo para algunas empresas, ya que tenemos cerca la Planta de Laguna Verde. No solo he ganado un concurso académico con un alumno, yo busco hacer ganadores a cada grupo, hacerlos crecer como seres humanos integrales y lo he logrado en muchas ocasiones.
También a lo largo del camino he tenido motivo de insatisfacción en la docencia, por carecer del equipo necesario para trabajar, por que la gente a tu alrededor no les interesa realmente, buscan ser populares sin impórtales el aprendizaje real en los alumnos, que los utilicen por su falta de experiencia, etc.
Pero no importando esto cada día que entro a una aula de clases trato de dar lo mejor de mí, los trato con respeto, los escucho, negocio reglas, concertó tiempos para cumplir con las tareas, los motivo, cierto es que no siempre tiene uno las capacidad de estar al máximo pero cada día hago votos para dignificar la tarea educativa, ser mejor docente y mejor ser humano, para transmitirles esto a mis alumnos y ser congruente entre lo que digo y hago.
Empecé a dar clases, tal vez por repetición de mis maestros y por las constantes asesorías que impartía a mis compañeros de clases en la universidad, a los alumnos del Tecnológico en el área de costos y a los de la facultad de derecho en el área fiscal.
Me pareció atractiva la idea me distraería un poco de mis arduas tareas de la oficina y por otro lado en un lugar pequeño no había muchas actividades por desarrollar, por lo que creí que podía desempeñarme bien, ya que esto era más formal había un programa que seguir, horarios preestablecidos y además me daban una gratificación.
Pienso que no debió ser así, ya que carecía de todo conocimiento pedagógico para impartir clases, ¿cuando me di cuenta de esto? cuando ingrese por primera vez en agosto de 1997 al CECyTEV y nos contrataron a varios maestros por perfil, pero conscientes de que carecíamos de formación nos impartieron un primer diplomado de Sensibilización Pedagógica y gracias a esos maravillosos profesores de CAM (Centro de Actualización al Magisterio) de Xalapa yo tome conciencia de la tarea educativa y de la responsabilidad que había adquirido al laborar para el magisterio, y fue en esa época cuando descubrí mi vocación docente.
Me siento comprometida con mi tarea educativa, estoy dispuesta a superarme constantemente, al dialogo, a cambiar mis viejos paradigmas bajo los cuales fui educada, a estar a la vanguardia con la tecnología a pesar de que en ocasiones me cuesta trabajo por falta de tiempo.
Ser docente de la educación media superior es una de las mejores cosas que me han sucedido en mi vida, me gusta, lo disfruto, me siento feliz de ver los logros de mis ex alumnos, me supero constantemente, busco siempre mejorar mis estrategias de aprendizaje en mis alumnos, y convertir mis debilidades en fortalezas, comparto con mis compañeros experiencias y a pesar de esto nunca termino de aprender.
Yo siempre pensé que ser Contadora era lo que más disfrutaba hacer, pero después de varios años de combinar ambas cosas me siento realizada, hago lo que me gusta, soy responsable, definitivamente en muchas ocasiones ganó más como contadora, pero dar clases me motiva, y creo que con ambas logro el equilibrio perfecto en mi vida.
Tengo motivos de satisfacción dentro de la docencia por medio de mis alumnos, sus muestra de cariño, sus logros, verlos realizarse, mantengo contacto con mis ex alumnos, los sigo escuchando, asesorando cuando me lo piden, me visitan, los recomiendo para algunas empresas, ya que tenemos cerca la Planta de Laguna Verde. No solo he ganado un concurso académico con un alumno, yo busco hacer ganadores a cada grupo, hacerlos crecer como seres humanos integrales y lo he logrado en muchas ocasiones.
También a lo largo del camino he tenido motivo de insatisfacción en la docencia, por carecer del equipo necesario para trabajar, por que la gente a tu alrededor no les interesa realmente, buscan ser populares sin impórtales el aprendizaje real en los alumnos, que los utilicen por su falta de experiencia, etc.
Pero no importando esto cada día que entro a una aula de clases trato de dar lo mejor de mí, los trato con respeto, los escucho, negocio reglas, concertó tiempos para cumplir con las tareas, los motivo, cierto es que no siempre tiene uno las capacidad de estar al máximo pero cada día hago votos para dignificar la tarea educativa, ser mejor docente y mejor ser humano, para transmitirles esto a mis alumnos y ser congruente entre lo que digo y hago.
Hola Carmen:
ResponderEliminarLa verdad te admiro porque al no contar como mencionas con una formación como docente has salido adelante, te gusta capacitarte y además disfrutas lo que haces que es lo más importante para trabajar con los alumnos; y considero que eres una de las maestras que de verdad estás comprometida con la educación